2010. Cuanto se ha escrito ya sobre el Bicentenario. ¡Cuanto se esta haciendo en nombre del Bicentenario! Cuan poco tiene sabor a Bicentenario, cuan flaca es nuestra memoria.
Pensar que celebrar el Bicentenario es organizar charlas sobre nuestra historia, crear un fondo para pagar la deuda externa y organizar eventos culturales y ponerles el no
mbre de Bicentenario es, en verdad, de una pobreza política, intelectual y cultural lamentable.
¿Cual es el camino para poder celebrar un Bicentenario que este acorde a los pensamientos libertarios de nuestros patriotas de Mayo? ¿Qué políticas serán las que recojan los pensamientos revolucionarios de los días de Mayo?
Ciertamente con la de Argentina trabaja no; seguro que la del fondo del Bicentenario tampoco, con las del futbol para todos menos.
¿Por qué no tomar la consigna de “Por un bicentenario sin hambre”? O acaso el Gobierno cree que con una magra Asignación Universal - para acallar voces - se acaba el hambre en nuestro País?
¿Por qué no tomar la consigna Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad?
¿Porque crear enfrentamientos estériles que crean odios y alimentan rencores, cuando el camino hacia un Bicentenario con Justicia y Solidaridad es que todas las voces se sientan representadas y escuchadas y sus necesidades resueltas?
Las brisas de aquel mayo de 1810 llegan muy suaves desde las políticas de Estado.
El pueblo hoy ya sabe de que se trata y no quiere que siga siendo así. Por eso la mística de Mayo, los gritos de libertad, los vientos revolucionarios de los que queremos una nueva Patria solo se vislumbran en las calles, no en los despachos de quienes defienden y sostienen el sistema, no en los despachos de quienes no les importa que cientos de familias vivan en las calles, que cientos de niños comiencen el año sin escolarizarse, que cientos de niños no tengan las correspondientes vacunas.
Un Bicentenario así no merece ser festejado, al contrario, merece ser combatido con creatividad política, intelectual y cultural… Es justo que los pueblos esperen todo bueno de sus dignos representantes; pero también es conveniente que aprendan por sí mismos lo que es debido a sus intereses y derechos.
..Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía (Mariano Moreno)